¡El doblete!

Moi!

Pues sí, amigos, por fin hice el doblete ensayo-sauna. Es de lo más recomendable. Pero como ya sabeis que me gusta liar la guita para contar las cosas, ¡¡flashback al canto!!

Estos últimos días estoy muy centradito en sólo 2 temas: la biología y la música.

Respecto a la biología, debo informaros de que ando supermotivado porque por fin me gusta el tema que hago y me dan libertad total de acción (pero este es une tema que desarrollaré y analizaré en profundidad tras terminar la tesis). Algún día os contaré en detalle de qué trata mi nuevo tema de investigación, porque ahora se está haciendo tarde y quiero acostarme.

En cuanto a la música, los que me conocen saben que ocupa una posición importante en mi vida. Cada vez que puedo oigo música. Antiguamente siempre me ponía CDs en el coche, pero desde hace año y pico prácticamente no conduzco, porque en Sevilla iba al trabajo en bici y ahora voy andando, por lo que mis hábitos musicales han cambiado. Ahora no tengo muchas ocasiones de escuchar música, así que procuro poner algún disco cuando tengo que hacer alguna tarea que no requiera una concentración suprema, como es cocinar o montar muebles de Ikea. De hecho, creo que no hubiera sobrevivido a montar los míticos 227 kg de muebles si no fuera porque me ponía cancioncitas de grupos que me gustan para sobrellevar el martirio de atornillar muebles a mano. Ved el ANTES y el DESPUES del proceso.





Algo que me gusta nuchísimo desde siempre, pero que por desgracia tengo poco tiempo para hacer, es escuchar un disco. Y digo escuchar, porque me refiero a no hacer otra cosa al mismo tiempo, sólo escuchar, estar concentrado en la música y nada más. Para eso hay que estar sentado o acostado, con los ojos cerrados, y si es posible con auriculares, que dan mayor calidad y te aíslan del ruido ambiente. Para mí no hay otra manera de escuchar música. Lo otro es “poner música” o en todo caso “oir música”, pero nunca escucharla.
Yo descubrí el jazz cuando hice eso mismo con el Kind of Blue de Miles Davis. Ya tenía algunos discos de jazz y era algo que me llamaba mucho la atención, pero cuando me quedé picueto del todo fue la primera vez que me puse el Kind of Blue y escuché el hipnótico tema So What. Davis y Coltrane juntos… no digo más. La recomiendo como canción de la semana. Como dice un amigo mío, es un disco de los que te cambia la vida. Conmigo lo hizo.

Si sois observadores os habréis dado cuenta de que desde hace un tiempo hay musiquita en el blog. Si no, a la derecha un poco más abajo hay un cuadrito que pone “Canción de la Semana”, que si le dais al triangulito del play sonará (a veces suena sola directamente al abrir el blog, es la magia de la informática).
Ya sabeis el porqué del So What de Miles Davia, así que ahora quiero comentaros el porqué de las otras canciones que he puesto.

La primera fue Pa ti, de El Bicho. Es un grupo de 7 músicos de gente de Madrid y Alicante (alacranes!) que son mi grupo favorito. Hay quien dice que el cantante es un mierda que va de bohemio y tal, y puede que no le falte razón, pero yo los he visto varias veces en directo (en Espanja y Francia) y lo que valoro en ellos es que sobre todo se nota que aman la música. Siempre van evolucionando sus canciones, y en los conciertos suelen pasarse de tiempo tocando, sin importarles que vayan a cobrar lo mismo. Por ejemplo, los vi un verano en la feria de Cartaya, y allí paga el ayuntamiento y la gente va gratis, por lo que los grupos suelen ir a tocar lo justo, llevárselo calentito y pa casa. Pero esta gente se pego 3 horas de reloj sin bajarse del escenario, y tocaron todo su repertorio. Pocos grupos harían algo así. Solo los que de verdad disfrutan tocando en vivo. Para mi son los más grandes, porque además no copian a nada ni a nadie, y se reinventan en cada disco. Y experimentan con sonidos nuevos, con tonalidades y ritmos raros (usan a veces hasta compases de 7/8 y paranoias así). Adjunto el link para que escuchéis de nuevo algo de ellos.



La segunda canción que puse fue La Medallita, de Chico Trujillo. Esta lleva un componente personal. La medallita es una canción colombiana, y Chico Trujillo son un grupo chileno que está retomando temas antiguos, principalmente de cumbia. La canción a mi me transmite buenrollismo al máximo, y fue mi pequeña aportación para ayudar a aliviar las consecuencias tras el terremoto de Chile. Después de una catástrofe como la sucedida, nunca viene mal un poco de energía positiva para superar los momentos malos. ¡Arriba Chile!



Y la tercera canción fue de un grupo catalán que descubrí gracias a la radio y a internet. Oyendo Radio3 en el coche (tiempo atrás) un día les hicieron una entrevista y tocaron unos temas en directo, y lo flipé. Me quedé con el nombre, y corrí a buscarlos en internet. Allí estaba su disco para bajárselo gratis. Es la grandeza de internet, que te permite acceder a cosas que normalmente serian inaccesibles. Y eso es bueno para todos, porque así nosotros podemos disfrutar de su música y ellos darse a conocer lejos de su tierra. De hecho ya han venido (han ido) varias veces a Sevilla y han llenado la Malandar siempre, y sin mí, porque siempre que han venido ha coincidido que yo estaba fuera.



Y aparte de escuchar música, me gusta tocarla (la música). Toco instrumentos de percusión variados (bongos, cajón flamenco, cubo de fregona invertido, lata de almendras vacía...), y la trompeta. En mi dilatada trayectoria he tocado en diversos grupos y bandas de música, en lugares variados como el pabellón de San Pablo cuando jugaba el Caja San Fernando (el equipo de baloncesto de Sevilla), y hasta en la cárcel. Y sabeis que en Finland me he metido en una BigBand. Pero ahora tengo un nuevo reto. Desde esta semana, me he propuesto aprender a tocar el TECLADER!



Bueno, como creo que la entrada es ya lo suficientemente larga para la hora que es (gracias a que tenía parte escrita desde el viaje del lunes pasado a Helsinki), pues el tema de la BigBand y de los ensayos seguidos de sauna, mejor lo dejo para más adelante.

¡No os perdais el próximo capítulo, amigos!

Moi moi!